Algo está pasando en el sur. Hacedme caso. Desde hace un
tiempo no hacen más que llegar noticias agradables de esas tierras. Y no es que
la considere una zona virgen. Siempre ha habido grandísimas formaciones como
Orthodox o Xkrude, pero últimamente han
aparecido grupos interesantísimos como Pylar, Santo Rostro, Atavismo o el grupo
que hoy nos ocupa: Electric Belt.
Quizá no sea casualidad que en sus filas cuenten con gente
de dos de los grupos mencionados anteriormente como son Santo Rostro y
Xkrude. Se ve que son unos mentes
inquietas porque lo que presentan en “El
Blues de los Pollos Sin Cabeza” no tiene nada que ver con sus otros proyectos.
Quizá se acerque algo a Santo Rostro pero Electric Belt se alejan de los
sonidos más duros y su primer disco representa un auténtico pildorazo de blues.
La fromación la componen Sebas Bautista (guitarra), Miguel
Ortega (batería), Vicente Pérez (bajo) y Javyer López (voces), y pueden
recordar a Muddy Waters o a Guadalupe Plata, y aquellos que, como yo, seáis de
Cantabria, encontraréis similitudes con
nuestros Cuming Soon. Sonido añejo que trae a la mente una tierra de desiertos
y predicadores. Todo muy sureño y sucio, bañado por el whisky y la cerveza y
con olor a tabaco de liar.
Los temas que abren el disco, “Brown Cat, Grey Dog” y
“Electric Belt” son junto con “Digging thath Hole” los más llamativos. Llenos
de melodías pegadizas y ritmos paletos, hacen bailar hasta a los muertos. En “Beyond
the Voodoo Cult” se dejan llevar y te hipnotizan y “The Headless Chickens’
Dance” es la canción que sonó el día de la boda de Cletus y Brandine Spuckler
(no estuve allí pero me lo imagino).
“La Leyenda del Pollocoño” es el tema más largo y al igual
que en “Beyond the Voodoo Cult” se van por las ramas dando el que es, para mí,
el tema más interesante del álbum. Desarrollos que suben y bajan donde de
verdad se demuestra la calidad que hay detrás a los instrumentos. Puede que
parezca que no van a ningún lado pero es precisamente el camino lo que hay que
disfrutar.
Editado por el propio grupo junto con Odio Sonoro y Cosmic
Tentacles, “El Blues de los Pollos Sin Cabeza” es perfecto si te apetece
visitar el sur de Estados Unidos y no tienes mucho dinero. Póntelo y tendrás
medio viaje hecho.
No puedo evitar pensar que el título del primer largo de
Disgracer, “Crused Since Birth” hace referencia a su, todavía, corta
trayectoria como grupo. Digo esto porque aunque formaron el grupo en el 2012 y
al año siguiente sacaron la demo “Worms”, no ha sido hasta el año pasado cuando
han sacado su primer disco, y si algo queda claro escuchándoles es que bien
podrían ser el nuevo hijo maldito de Barcelona. Quién sabe si están aquí para
recoger el testigo de los desaparecidos Vidres a la Sang…
En “Cursed Since Birth” los catalanes nos presentan siete
temas que no llegan ni a la media hora de duración, lo cual hace que
rápidamente conozcas sus recovecos y tengas ganas de ponerlo en bucle. Lo suyo
es el Thrash/Death al más puro estilo Sepultura (los primeros, los de verdad).
Si bien en su demo “Worms” predominaba la faceta Thrash, o por lo menos la
producción del disco estaba enfocada más hacia ese aspecto, en “Cursed Since
Birth” todo suena mucho más oscuro situándoles en esta ocasión en la faceta
Death. Podríamos decir que cogen la oscuridad y las voces del Death y los
ritmos directos y atropellados del Thrash.
Ninguno de los miembros del grupo se centra en el virtuosismo
a la hora de tocar. No digo que toquen mal, no me malinterpretéis, digo que no
se dedican a hacer una cabriola detrás de otra como hacen muchos grupos de
death centrados en cambiar de ritmo cada dos segundos y dejarte con el culo
torcido. Disgracer se decantan por una vertiente mucho más visceral (ojito a “Walls
of Suffering) en la que priman la agresividad y los ritmos rompecuellos.
Tras el doloroso parto que abre el disco en la intro “Cursed
Since Birth” el cuarteto se pone las pinturas de guerra y comienza la descarga.
Sólo un puñado de medios tiempos bien repartidos nos dan un poco de descanso (“Worship
your God”, “Dismember your Body”) entre tanta tormenta. Los solos de aire
tenebroso y afilado son una constante (“Walls of Suffering”, “Misantropic Roar”)
mientras que la base rítmica barre todo lo que se cruza por su camino.
Disgracer lo tienen todo a su favor: solvencia a los
instrumentos, todo el tiempo del mundo para pulir detalles y el apoyo de dos
sellos como son Tupatutupa Records y Odio Sonoro para editar sus discos.
Estaremos atentos a sus próximos pasos ya que son una banda emergente a tener
en cuenta dentro del panorama extremo estatal.
Si queréis darles una oportunidad podéis escuchar el disco
entero en su bandcamp (http://disgracer.bandcamp.com/), y si os gusta, no dudéis en poneros en contacto con Odio
Sonoro o con Tupatutupa Records para haceros con una copia.
Tras su anterior “Lucky Dead Man” (2010), los catalanes
Memest parece que vuelven con más ganas que nunca. Nos presentan “Bastards and
Liars” (2014), su segundo larga duración y
como ya es costumbre en ellos, las letras decadentes y la música sucia y
macarra son la tónica general del disco.
Lo primero que se puede venir a la cabeza al escuchar las
primeras canciones (la homónima “Bastards and Liars” y “Hills and Abysses”), es
que la mayor influencia de Memest son los veteranos Motörhead. Comienzo directo
y sin florituras. Pero a medida que avanza el álbum, uno se da cuenta de que
hay mucho más. De hecho, la parte central del disco deja un regusto a doom y
stoner con riffs a los que los mismísimos Black Sabbath darían el visto bueno;
e incluso, si apuramos, podemos encontrar partes que recuerdan al thrash más clasicote
como por ejemplo en la cortante “We Love Rats”.
El disco tiene un inicio brutal. Los cuatro primeros cortes
son para quitarse el sombrero. “Hills and Abysses” tiene las que para mí son
las mejores melodías vocales que han hecho hasta la fecha, y eso que después
viene “Black Wings”, que tampoco se queda atrás en este aspecto. En “We Love
Rats” ya se desatan y van a cuchillo.
Inmediatez y suciedad. Eso en directo
tiene que ser una fiesta.
Los dos temas que vienen después son los que rompen un poco
el ritmo. Son los más pantanosos y arrastrados,
y el problema que veo es que, para mi gusto, son demasiado largos. Al
igual que el resto del disco, tanto “My Friends” como “One God” tienen buenas
melodías, pero se me antojan muy largos y repetitivos. Seguramente, si hubiesen sido algo más cortos o hubiesen
estado más separados habrían sido mucho más efectivos.
Ya en la recta final, con “Poor People” y “The Man Who Never
Cries” vuelven a aligerar el paso y cierran un disco que supone un salto muy
grande en comparación con el anterior “Lucky Dead Man”. Unas mejores
composiciones y un mejor sonido demuestran que Memest no son de los que se
acomodan y ponen el piloto automático.
“Bastards and Liars” se pasa en un suspiro y tiene cortes
que enganchan desde la primera escucha. Espero que no tarden otros cuatro años
en sacar el siguiente y que sigan por la senda de temas como “Hills and Abysses”
o “We Love Rats” porque es donde creo que se sienten más cómodos y muestran
todo su potencial.
Si os apetece escucharlo podéis escucharlo completo en su
bandcamp (http://thememest.bandcamp.com/album/bastards-and-liars)o poneros en contacto con cualquiera de los sellos que lo ha editado:
Odio Sonoro, Discos Macarras, Cosmic Tentacles, Marchalenta Records y Música
Híbrida.
Llevaban avisándolo tiempo y por fin “Criaturas de la Sexta
Dimensión” ha visto la luz. Ha sido un proceso largo donde Ixelles 1050 se han
dedicado a dejar constancia de sus inicios. Porque eso es lo que representa
este EP. Debe ser entendido como la esencia de la que parte el grupo para
posteriormente haber terminado en lo que son ahora. Dicho esto, en el disco
podemos encontrar alguno de los temas más representativos y pegadizos (Ixelles
sin “Criaturas de la Sexta dimensión” o “Humanoide” no serían Ixelles) que
crearon en sus inicios como dúo en acústico. Estos temas se mezclan con otros
más eléctricos y atmosféricos que podrían dar una idea más clara de lo que es
el grupo en la actualidad.
El EP está formado por cinco temas que abarcan desde el pop
más meloso y directo hasta las atmósferas más trabajadas y oscuras. En el
primer grupo se encuadran las dos canciones que abren el disco “Criaturas de la
Sexta Dimensión” y “Humanoide”. La primera muchísimo más directa y bailable.
Single inmediato y perfecta carta de presentación para el EP y para el grupo. La segunda bastante más
ensoñadora y melancólica, pero ambas (al igual que el resto del disco) juegan
con la baza de una excelente voz que coquetea consigo misma entrelazándose en
coros que van y vienen, y que, aunque no sean reproducibles en directo me
parece un acierto haberlo grabado de este modo. Ya lo he dicho más veces pero
soy partidario de usar todos los trucos posibles a la hora de grabar un álbum.
Al final todo lo que se graba es idea del grupo y el disco es lo que va a
quedar ahí para siempre. Si existen herramientas es para utilizarlas, y si se
graba algo, tiene que sonar bien. Ya están ahí los directos para dar la cara
sin trucos.
Tras este comienzo, viene la, para mi, parte más interesante
del disco. En este segundo tramo, Ixelles nos muestra su faceta más
atmosférica, eléctrica y oscura. Así, “Improbabilidad Infinita (Reflexiones de
una Maceta y una Ballena en Caída Libre)” tiene uno de los mejores estribillos
del disco y un final que poco a poco va creciendo hasta desembocar en la
siguiente “Pequeños Fragmentos de la Vida de Mr. Nadie”, el temazo del disco.
Es la canción más abstracta y oscura del EP y donde lo que he dicho antes de
los coros cobra mayor relevancia. De hecho, casi me atrevería a decir que son
éstos los que le dan la brillantez a esta canción. Además, dan una pista de sus
innegables influencias ya que tienen un regusto intensísimo a la última época
de Standstill.
Para terminar han dejado la canción más elaborada de todo el
EP: “El Deshielo”. Un corte que va sumando capas poco a poco y que sube hasta
terminar en un clímax que cierra con candado las puertas del disco. Buena
elección para terminar y buen sabor de boca que se queda al escucharlo. Además,
el Kaoss Pad enriquece mucho los temas y hace que este segundo tramo del disco
tenga más matices.
El sonido de “Criaturas de la Sexta Dimensión” queda marcado
por esas raíces acústicas del grupo ya que a lo largo de todo el EP encontramos
una base de guitarras acústicas, que, junto a la batería y el bajo le dan
cuerpo al asunto y dejan que sea la guitarra eléctrica la que marque las
melodías y matices junto con el anteriormente mencionado Kaoss Pad.
Por otra parte y dejando a un lado el contenido, el
continente del disco merece mención aparte. La caja está hecha con dos láminas
de corcho cosidas con hilo blanco y la portada y contraportada están marcadas
con un sello negro. Posiblemente sea el disco más bonito que tengo y es que han
demostrado un gusto exquisito en este aspecto.
¿Algún defecto? Si, como todo en esta vida. Como he dicho al
principio, el principal problema que le encuentro a “Criaturas de la Sexta
Dimensión” es que llega tarde. No representa lo que es el grupo en la
actualidad (ahora son cinco miembros y los temas han adquirido un cariz mucho más
potente) y queda como una reseña de lo que fueron los inicios del grupo.
Espero que no tarden tanto en grabar lo próximo porque
tienen mucho material nuevo y alguno de sus mejores temas ha quedado fuera de
este EP, que es, en resumen, la primera piedra sobre la que se construirá el
futuro edificio de Ixelles 1050.
Cinco años después de su último
trabajo vuelve Gathering Darkness y lo hace en forma de split con los
canadienses Tyrants Blood. “The Light Won’t Save You” (Hecatombe Records; 2014)
es el nombre de la criatura, y, como ya imaginaréis los que les conozcáis, es
una nueva embestida de death metal sin lugar para la tregua.
Si bien estamos ante un disco con
una producción más sucia que la de su anterior “Desolation” no podemos decir
que esto sea un punto en contra. A veces es necesaria cierta fealdad en las
formas, y sobre todo si lo que intentas transmitir es un mensaje de decadencia,
desolación y desesperanza. Porque “The Light Wont Save You” está muy lejos de
ser un disco para animarte el día. Representa la corrupción de lo puro y es la
llamada de atención final a la humanidad, que grita: hasta aquí hemos llegado.
Gathering Darkness recuerdan en este
split a los Decapitated del “Winds of Creation” con todo lo que esto conlleva:
baterías muy técnicas que dictan constantes cambios de tempo, cuerdas que mezclan
riffs realmente intrincados con otros más cadenciosos y una voz gravísima que se
adhiere a la música como un instrumento más. A veces cuesta creer que esos
guturales estén hechos por una persona, y no es de extrañar, por lo tanto, que
Lavín sea el cantante de otros grupos tan básicos en el panorama extremo cántabro
como CrisisChrist o Crystal Moors.
Como digo, van sobrados de
técnica y después de tanto tiempo como grupo, saben cómo construir buenas
canciones. Cinco son los temas de los que se han encargado en este split. En la
primera “Decadence of the Plague” hay cambios de ritmo que no sabes ni por
donde te vienen, al más puro estilo Dying Fetus. A pesar de ello puede que sea
el tema con el que te quedes tras haber escuchado todo el disco. Ese comienzo
que se va repitiendo a lo largo de todo el corte es brutal y podríamos decir
que hasta pegadizo. “Riding the Horse of Selfdestruction” tiene alguna de las
partes más pesadas del disco, y “Through the Oceans of Misery” tiene un estilo
más entrecortado y algunas partes más propias del “core”. Evidentemente, lo que
digo son pinceladas de cada uno de los temas. No se puede generalizar a la hora
de hablar de las canciones de un grupo de brutal death metal ya que en ellas
hay mil cambios de ritmo y otros tantos riffs distintos. Y eso es lo que hace Gathering Darkness.
La segunda parte del split está
formada por los cuatro temas que Tyrants Blood ha aportado a la causa. Para el
que no los conozca, cabe decir que están formados por gente de Infernal Majesty
y excomponentes de grupos como Blasphemy o Witches Hammer. Posiblemente debido
a estos antecedentes, los temas de los canadienses, aun manteniéndose dentro
del death, en algunas partes tienen un fuerte regusto thrash, como por ejemplo
el comienzo de “Destroyer” o las guitarras en los solos de las siguientes “Disowned and Defiled” y “Conjure the
Watcher” que gritan como si estuvieran en manos del desaparecido Jeff Hanneman.
Creo que, en general, es un disco
bastante equilibrado en el que las dos partes mantienen el nivel y una
concordancia tanto musical como lírica (esto último, cada uno a su manera) que
hace que “The Light Won’t Save You” sea un split coherente y regular.
Podéis escuchar “Decadence of the
Plague” en el siguiente enlace al bandcamp de Gathering Darkness:
Con ese sonido crujiente y gordísimo que les caracteriza,
Teething se han sacado de la manga un nuevo 7”: “Ralph”. Consta de cuatro temas
y unos siete minutos de duración en total. ¿Hace falta más para cumplir su
objetivo? Pues no. Te cogen y te destrozan en menos tiempo del que te tomas un
café.
Sigo pensando que tienen una proyección infinita y que si
siguen a este ritmo van a convertirse en unos de los grandes, y me refiero a
fuera de España, porque aquí ya lo son.
En directo tampoco son unos primerizos. Vienen de una gira
europea (la segunda, creo), y barriendo para casa, tengo que decir que el
concierto que dieron en el Infest fue brutal.
Como viene siendo costumbre en ellos, con “Ralph” nos traen
su grind-crust en otra pequeña dosis (el siguente un larga duracion, venga) y
aunque el EP suena puramente a Teething, en algún tema como “We Were Friends”
les veo la inevitable influencia de sus paisanos Looking for an Answer. Por
cierto, la letra es para enmarcar.
“White Cross Inversion” es el tema más largo y la mejor
forma de empezar ya que tiene un poco de todo lo que es Teething: desde blast
beats aceleradísimos a medios tiempos machacones, y todo ello aderezado con
gritos que podría haber firmado el mismísimo Satanás.
Pero el atractivo especial de su música es el groove y en
“Ralph” lo hay a patadas. Es grind engorilador, no de este que te da sueño a la
segunda canción. Entran ganas de romper cosas y creo que ahí está la clave y el
por qué de que cada vez que saquen disco, inevitablemente nos quedemos con
ganas de mucho más.
Otra costumbre de los madrileños es la de editar sus discos
en varios sellos. Esta vez la lista es impresionante: Neolithic Productions,
Dingleberry Records, Tu Pa Tu Tu Pa Records, Odio Sonoro, Nooirax Producciones,
Fuck The Police Records, Mono Canibal, Hecatombe Records y Discos Macarras. Si
queréis una copia no tenéis más que poneros en contacto con cualquiera de
ellos. De momento, por si os apetece escucharlo, podéis hacerlo en este enlace
a su bandcamp, pero cuidado, que estos si que muerden.
Disco tras disco Horn of the Rhino no hacen más que
demostrar por qué son uno de los grupos de metal más potentes que tenemos en
España. “Summoning Deliverance” (Doomentia Records, 2014) se arrastra entre el
doom pantanoso de “Weight of Coronation” (2010) y la faceta más extrema de su
anterior “Grengus” (2012).
Por dar alguna referencia, Horn of the Rhino suenan a lo que
sonarían High on Fire si Matt Pike supiese cantar como Chris Cornell, y este “Summoning
Deliverance” es el ejemplo perfecto de esta mezcla.
Desde el inicio con “Exvenhstench” los bilbaínos ya dejan
claro cómo se las gastan. El disco podría ser perfectamente la banda sonora del
descenso a los infiernos. Está en todo momento embebido por la oscuridad, la
solemnidad y muchísima rabia. Suenan rotundos y saben que con la voz de Javier
Gálvez pueden hacer lo que quieran. La base rítmica es inquebrantable y son de
los que huyen de poner el piloto automático: tan pronto te arrollan (“High
Priest”, “Builder of Carrion Effigies”) como te ponen a caminar sobre arenas
movedizas (“Onward Through Domination”).
Además, en “Summoning Deliverance” han sabido poner la nota
de color introduciendo nuevos instrumentos (de viento y cuerda) como en la
anteriormente mencionada “Onward Through Domination” o la preciosa “Deliverance
Prayer”, donde encontramos un remanso de tranquilidad en medio de tanta
destrucción. Precisamente en este último tema es donde Javier mejor demuestra
de lo que es capaz, y es que es el corte que más se parece a las canciones del “Weight
of Coronation”, donde dejó patente su solvencia al micrófono: “Sovereign” es
increible y “Deliverance Prayer” va por ese mismo camino.
Lo mejor de todo es que después de haberles visto tres veces
en directo, puedo asegurar que no fallan nunca, y que si tenéis la oportunidad
de verles vais a poder disfrutar de sus canciones en otra dimensión. Os van a
vibrar hasta los cataplines. El 17 de enero vienen por Santander. Marcad la fecha en el calendario.
No esperaba, cuando lo puse por primera vez, que “Inverno”
fuese a atraparme como lo ha hecho. No
deja de ser paradójico que un disco con semejante título salga en pleno verano,
pero es que su nombre nada tiene que ver con las estaciones meteorológicas,
podemos interpretarlo más bien como un canto al desencanto.Y es que LCH han facturado un disco crudo,
sincero y bastante gris.
Ha sido grabado y mezclado por Fernando Macaya en los
estudios Moon River y masterizado en Nexus101 (Madrid) y supone, respecto a su
anterior trabajo (Ingravidez, 2012) un claro refinamiento y evolución en el
sonido del grupo. Tienen más claro cómo
quieren sonar y han conseguido desmarcarse del garaje y los sonidos más ásperos
para situarse en un espectro sonoro que, creo, les queda mucho mejor.
“Inverno” comienza con la que es, para mí, la joya de la
corona: “Android.es”. Una base musical etérea y misteriosa sobre la que se
articula una letra desgarradora, con frases tan contundentes como “Cada beso
que no des, recuerda que algún día no estaré”. Seis minutos de temazo que ya te
dejan entregado para el resto del disco.
Pero claro, “Inverno” no se limita a un tema resultón. “Humo
Negro” nos da otra bofetada de amargura y nos habla, en su letra, de mañanas
grises, con unas melodías vocales y una instrumentación que las hacen aún más
grises. “Abstracción Temporal” es una buena muestra de que en LCH no conocen
medias tintas. Leed la letra y lo entenderéis.
En la cuasi instrumental “Inverno” nos muestran, sin
embargo, un claro entre las nubes, con el tema más optimista de todo el disco.
Recuerda a Dinosaur Jr y se agradece el descanso antes de afrontar la recta
final.
“Inverno” es la fotografía de aquel que sale por la noche, rodeado
de gente que ríe y se lo pasa bien y él, por más que lo intenta, es incapaz. El
humo negro le persigue y no ve la manera de deshacerse de él.
Quizá me he montado una película que nada tiene que ver con
la realidad, pero la verdad es que no me importa. Supongo que en eso consiste
la música, en evocar imágenes y sentimientos que, para cada uno serán de una
forma distinta. Y eso es lo que me gusta de este disco. LCH han conseguido que
me imagine mi propia historia y que la disfrute mucho.
Pues sí, a mi también
se me pone dura el alma escuchando “Inverno”. Recomiendo el viaje.
Otro año más (parece mentira pero ya van cuatro) el Tasugo Rock vuelve con su característica mezcla de estilos para hacernos pasar un buen día, este año en Selaya.
Mañana, 12 de Julio, tendremos el placer de disfrutar desde las seis de la tarde de Dale Dúru, No Neim, The Birras, Karne Cruda, A.R.D.E.N, los asturianos Posession y Pandemia.
Pero este año, el festival es mucho más que sólo conciertos. Desde la una del mediodía se repartirán raciones gratuitas de cocido montañés y se podrá disfrutar de las actuaciones de Northern Light (punk rock acústico) y Mariu y Javichu (gaita y tambor). Además, la asociación cannábica Free Brown y Efecto Ecológico darán charlas para informar a todos los asistentes de su actividad.
Como otros años, habrá zona de acampada, precios populares en la barra y la entrada será gratuita.
Sin duda, un planazo en un entorno privilegiado. ¡No os lo perdáis!
Por otra parte, si lo que te va es la mugre y la oscuridad, no puedes perderte la cita de esta noche en la sala BlackBird. Los míticos Burning Cuchillo estarán presentando su nuevo disco "El Fracaso de la Voluntad" a partir de las 21:30. La entrada será de 3 euros ó 6 con CD.
Prometen echar la sala abajo...
¡Sólo para valientes!
Hace apenas una semana han sacado su quinto álbum, "The Killing Gods", y parecen estar más en forma que nunca. Doce temas de furioso y preciso deathgrind que no dejarán indifrente a nadie. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Mark Kloeppel (guitarrista y cantante) sobre el disco y algunas cosillas más... Damas y caballeros, con todos ustedes, las leyendas grind de Maryland: Miseri Index.
How's life during the very first days after “The Killing
Gods” came out? Are you happy with the fan’s response?
Hey, this is Mark
from Misery Index, and I am happy to say we are overwhelmed by the positive reception
the record is getting by fans, the media, peers, and new fans. We carefully crafted the record, so, for us,
it carries the flow and components of a classic album that we can be proud of. Public reception is another animal and
everyone has their own perceptions and expectations for records in
general. For "Killing Gods,"
perception and craft seem to be aligning well, for the most part.
¿Como estáis viviendo estos primeros
días después de la salida de “The Killing Gods”? ¿Estáis contentos con la
respuesta de los fans?
¡Hola!
Aquí Mark. Estoy muy contento de poder decir que estamos abrumados con la
respuesta tan positiva que está teniendo el disco por parte de los fans, la
prensa, compañeros y nuevos fans. Hemos elaborado el disco muy cuidadosamente
así que, para nosotros, tiene el ritmo y los componentes de un disco clásico
del que podemos estar orgullosos. La recepción pública es otro asunto y cada
uno tiene sus propias percepciones y expectativas para un disco. Con “The
Killing Gods”, recibimiento y trabajo
parece que se han alineado de forma positiva.
What can you tell us about “The Killing
Gods”? How long did it take you to compose it? Where did you recorded it?
It was about two
years of undivided writing, and we had no deadline, so it was a very stress
free and 'see how it unfolds' approach, which we never had before. It was a
much more calculated and intense effort, with a lot of scrutiny, and I think it
paid off, we are really happy with this new approach and things are much
'sharper' in a way.
We recorded the
album at Wrightway Studios is in Baltimore, Maryland (USA)
and we mixed the previous two albums there. It is also known for recording the
albums for our fellow Maryland
brothers in Dying Fetus, as well as doing some tracking/mixing for Soilwork. We
really like working there, however, our drummer Adam, preferred to track his
drums at Visceral Studios, because it is at the home of Scott Hull from Pig
Destroyer (who Adam also plays drums in). So it was more relaxing for him and
sometimes that atmosphere is the most important thing when concentrating on
recording, so it went well on both fronts...
¿Que nos puedes contra sobre “The Killing Gods”? ¿Cuanto
habéis tardado en componerlo?¿Donde lo habéis grabado?
Han sido en torno a
dos años de composición constante, y como no teníamos fecha límite, ha sido un
proceso muy relajado y hemos podido enfocarlo como “a ver como se desarrolla”,
algo que no habíamos podido hacer antes. Todo ha sido mucho más calculado e
intenso, más estudiado, y creo que ha merecido la pena. Estamos muy contentos
con este nuevo enfoque y las cosas están mucho más claras de esta forma.
Lo hemos grabado en
Wrightway Studios en Baltimore, Maryland (USA) donde hemos mezclado los dos
discos anteriores. También es conocido por ser el sitio donde se han grabado
los discos de nuestros hermanos de Maryland, Dying Fetus, así como por haber
hecho alguna mezcla para Soilwork. Nos
gusta mucho trabajar ahí, pero Adam, nuestro batería, prefiere grabar sus partes
en Visceral Studios, que está en casa de Scott Hull, de Pig Destroyer (grupo
donde Adam toca también la batería). Así que también ha sido más relajado para
él, y a veces esa atmósfera es lo más importante a la hora de concentrarse para
grabar. Nos ha venido bien a las dos partes.
Your artworks have always followed a clear
path, but this time you have changed into a more sober concept. Is there a
reason for this change?
Gary Ronaldson at
Bite Radius is responsible for the artwork this time around. The record is darker sounding than previous
efforts, so the direction we gave Gary
was as such. If by "sober" you
mean sobering or grim, I would agree.
Past efforts lack this more grim hopeless yet powerful attitude. The album and artwork portray more mature, epic,
and emotionally driven standpoints.
Vuestras portadas siempre han seguido una línea
bien definida, pero esta vez habés optado por un concepto más sobrio. ¿Hay
alguna razón para este cambio?
Gary Ronaldson de Bite
Radius ha sido esta vez el responsable del artwork. El disco tiene un sonido
más oscuro que los anteriores, así que esa ha sido la indicación que le hemos
dado a Gary. Si por “sobrio” te refieres a siniestro, estoy de acuerdo. Los anteriores
trabajos no tienen esa actitud oscura y potente. Tanto el disco como el artwork representan puntos de vista
más maduros, épicos y emocionales.
Listening to your discography we can see
that although all of your albums have the Misery Index’s seal, you always
introduce new elements and little changes in your style. I don’t know whether
you agree or not, but I think “The Killing Gods” is faster than anything you
have done before. Was it your intention to get faster and faster or is it a
natural evolution related with the improvement of your technique?
It's pretty fast
at times. The organic drum production
probably adds to that effect, as you can really hear Adam hauling ass on the
kit. We can go pretty fast...faster than
most, and still keep things tight.
However, in the end, we only utilize speed when it reflects the emotion
or concept we are trying to convey. We
don't necessarily try to get faster or go faster. Some parts just need to be fast.
In terms of new
elements...and I'll be perfectly honest here...I've had my own style outside of
Misery Index this entire time. It's a
style I was developing before I joined the band, and kept developing somewhat
separate from the band. When I joined, I had to totally adopt the style of the
band in order to write music. I did that pretty well on Discordia, and nailed
it on Traitors. On Traitors, you really
start to hear my personal style shine through on songs like Ghosts of Catalonia
and Thrown into the Sun...conceptually big, harmonically dense, dark, groove
oriented, dark music with certain extreme elements when needed.
I gradually started finding ways to integrate
my personal style without totally changing the music. A fan would not appreciate their band
sounding completely different out of nowhere, and, as a fan, I'm sensitive to
that. On Heirs, I stuck with the same
mix of personal and historical style, and evolved a bit from that
standpoint. On Killing Gods, I went full
on personal style in my songwriting. However, at this point, the many years in
the band had it's influence on my personal style. So, now they better align. That said, there is a noticeable difference
in vibe on the songs I wrote for this effort.
This is due to the aforementioned approach.
Escuchando vuestra discografía se puede ver que,
a pesar de que todos los discos tienen el sello Misery Index, siempre
introducís elementos nuevos y pequeños cambios de estilo. No sé si estarás de
acuerdo conmigo, pero creo que “The Killing Gods” es el disco más rápido que
habéis hecho hasta la fecha. ¿Es vuestra intención tocar cada vez más rápido o
es una evolución natural en relación al perfeccionamiento de vuestra técnica?
Es bastante rápido en
algunas partes. La producción orgánica de la batería probablemente juegue a
favor. Podemos ir muy rápido…más que la mayoría, y aún así, sonar
compactos. Sin embargo, al final, solo
utilizamos la velocidad cuando refleja la emoción o el concepto que intentamos
transmitir. No necesariamente tenemos que ir más rápido, simplemente es que
algunas partes tienen que serlo.
Hablando de los nuevos
elementos en nuestra música… y aquí voy a ser completamente sincero… Todo este
tiempo he tenido mi propio estilo fuera de Misery Index. Es un estilo que
estaba desarrollando antes de unirme al grupo y que sigo trabajando al margen
de la banda. Cuando me uní a Misery Index, tuve que adaptarme completamente a
su manera de hacer las cosas para poder componer. Lo hice bastante bien en
“Discordia” y en “Traitors” lo clavé. En este último es donde se puede empezar
a apreciar mi estilo en temas como “Ghost of Catalonia” o “Throwing Into the
Sun”…conceptualmente es grande, denso, oscuro, orientado al groove y con
elementos de la música extrema cuando es necesario.
Poco a poco empecé a
encontrar la forma de integrar mi estilo sin cambiar totalmente la música de
Misery Index. A un fan no le gustaría que el grupo sonase completamente
distinto de la noche a la mañana, y, como fan, lo tengo bastante en cuenta. En
“Heirs to the Thievery” me quedé con la misma mezcla de estilos pero con
algunos cambios y en “The Killing Gods” he mostrado totalmente mi personalidad
a la hora de componer. Sin embargo, todos estos años en el grupo también han
influido en mí y, por lo tanto, ahora ambos aspectos van de la mano. Los
cambios que hay en este disco tienen relación con todo esto que te cuento.
I understand that your last LP is always
your favourite one, but in retrospect, which one had the biggest impact on
Misery Index’s history?
"Traitors"
is considered by many to be our defining effort. It was a big turning point and step up in
production and songwriting.
"Heirs" followed that well...not straying far from the path
songwriting-wise, yet evolving still. The production we got was good, and fit
well in the scene in 2010. However, it
was not the ideal production we wanted.
"Killing Gods" is another leap forward with an organic
production that we did want, and was able to achieve due to a lack of the kind
of time constraints that burdened the previous efforts.
Entiendo que vuestro último disco sea siempre
vuestro favorito, pero, mirando hacia atrás ¿Cuál ha tenido mayor impacto en la
historia de Misery Index?
“Traitors” es
considerado por muchos nuestro disco definitorio. Fue un punto de inflexión y
un paso más en la producción y composición. “Heirs to the Thievery” siguió por ese
camino sin alejarse mucho de la forma de componer. La producción fue buena y
encajó bien en la escena en 2010. Sin embargo, no era exactamente lo que
queríamos. “The Killin Gods” es otro paso adelante en esta producción más
orgánica que buscamos, y lo hemos conseguido gracias a la falta de limitaciones
de tiempo que nos agobiaron en discos anteriores.
Reading your lyrics I realise that you are
very interested in politics and you seem to have a big knowledge about the
global politic situation, not only about the USA in particular. Do you see
yourselves as a political band?
I used to think
so. But, we have evolved to include much
much more. We still like to include
reality-based lyrics, but with more influence than Marxist ideology and
underground political news. That said,
punk, and then grindcore, has a long history of rebellion, dissent, and social
commentary. Grind is a big influence on
us, so we are just doing what feels right.
We always honor our cultural music tradition in this band. It's not exactly intentional. It's just something we do. Our music is culturally centric, which is
what subtly separates us from trendier outfits in the scene. While we are not a poli-sci grind band, the
kind of people that listened to Worlddownfall and the like in the 1980's will
recognize those direct connections.
Others might characterize those elements as "predictable
thrash"...and those people would need a history lesson in the culture they
supposedly portray.
Leyendo vuestras letras se ve que estáis muy
interesados por la política y parace que sois grandes conocedores de la política global
y no sólo de la americana. ¿Os véis como una banda política?
Antes pensaba que si,
pero hemos evolucionado para incluir muchas más cosas. Todavía nos gusta meter
letras basadas en la realidad, pero con más influencias que la ideología
Marxista y noticias políticas underground. Dicho esto, el punk y después el
grindcore, tienen una larga historia de rebelión, disentimiento y crítica
social. El grind es una gran influencia para nosotros así que sólo hacemos lo
que creemos que está bien. En el grupo siempre honramos a nuestra tradición
musical, pero no de forma intencionada, simplemente lo hacemos. Nuestra música
es ideológicamente de centro, que es lo que nos separa sutilmente del resto de
grupos que están de moda en la escena. Aunque no somos una banda de grind política,
la gente que escucha World Downfall y similares de la decada de los ’80 reconocerá
ciertas similitudes. Otros podrán calificar esos elementos de “basura
predecible”… y esa gente necesitaría una lección de historia de la cultura a la
que supuestamente representan.
Some time ago you wrote about our country. Are you familiar with the
current Spanish situation? Can you give us your opinion on the matter?
Jason wrote the
lyrics to my song Ghosts of Catalonia on "Traitors," which is about
the anarchist effort that occurred in the region. Personally, I'm not that familiar with the
situation in Spain. Jason, however , would have more
insight. So sorry about that. Since having a child recently, my son
consumes most of my attention.
We both do a lot
of lyric writing. His writing is more
extrinsically influenced, where as my writing has more of an intrinsic
focus...You Lose for example.
Hace tiempo escribísteis sobre nuestro país.
¿Sabes algo sobre la situación actual de España? ¿Podrías darnos una opinión en
líneas generales?
Fue Jason el que
escribió la letra de “Ghosts of Catalonia” del “Traitors” que trata sobre el
movimiento anarquista que hubo en esa región. Personalmente no estoy
familiarizado con la situación española. Jason podría darte una idea
más clara, así que perdón por esa parte. Hace poco he sido padre y mi hijo me
ocupa la mayor parte del tiempo.
Ambos escribimos
muchas letras. Las suyas están más influenciadas por los acontecimientos y las
mías tienen un punto de vista más personal… “You Lose” por ejemplo.
I find it funny to read in your website that you
mention Napalm Death, Assuck, or Terrorizer as influences to your sound because
I believe that you have been growing from album to album, and now you have
become an influence for many other bands. Have you noticed this change of circumstances?
As we hang around
longer and longer and progress, our influence becomes apparent in the
scene. Those quintessential founding
grind bands are heavily influential on us.
Now we are influential too. A
band like Dyscarnate from UK
is clearly influenced by both us and Dying Fetus. They have adopted that Maryland sound, but it's
their own take on it. And so it
goes...It's now our responsibility to evolve to the next thing, which we have
done on "Killing Gods."
Me hace gracia leer en vuestra página web que
mencionáis a Napalm Death, Assuck o Terrorizer como influencias porque creo que
disco tras disco habéis crecido y ahora sois vosotros la influencia para muchos
grupos. ¿Habéis notado este cambio?
Como siempre hemos
estado ahí y hemos ido progresando, nuestra influencia se ha hecho presente en
la escena. Esas bandas fundadoras del grind nos han influenciado mucho y ahora
nosotros también somos influyentes. Grupos como Dyscarnate del Reino Unido
están claramente influenciados tanto por nosotros como por Dying Fetus. Han
tomado el sonido de Maryland pero dándole un toque personal. Y así están las
cosas…Ahora es nuestra responsabilidad dar el siguiente paso, y es lo que hemos
hecho en “The Killing Gods”.
Do you think you can keep getting bigger or that playing
such an underground style establishes a “glass ceiling” that can not be
overstepped?
I never would
underestimate our culture's potential to get bigger, and it's outpouring of support to increase as well. History shows us the ebb and flow of music
style popularity throughout the world.
Metal, generally speaking, is here to stay now more than ever. It's popularity will change from one locale
to the next, but it's many iterations are as permanent as the samba or rock.
When you say
"get bigger" it is important to remember that the phrase is symbolic
of the public support a band recieves.
We have growing public support that we can see. Also, we are culturally influential...that is
for sure...and the scene has not given us any reason to stop. They want more and more, and there are more
and more of them. That's how we view
it.
We may never be as
big as a pop music group, but that's not really the goal. I just need a balance of cultural
contribution to my scene and being able to survive . The day metal becomes pop music, I will not
play metal anymore. Metal is supposed to
be against that conformist bullshit, though the plague of conservative
standpoints in the scene have me thinking differently sometimes. When critics impose their restrictive views
of what art can and cannot exist in the scene, it's important to smash their
opinions with your art and it's support.
"Killing Gods" is doing a good job of that.
¿Creéis que podéis seguir creciendo o el hecho de
tocar un estilo underground establece un techo de cristal que no se puede
sobrepasar?
Nunca he subestimado
nuestro potencial cultural para hacernos más grandes y eso es importante para
mejorar. La historia nos ha enseñado cómo ha ido cambiando la popularidad de
los estilos musicales en el mundo. El metal en términos generales, ahora más
que nunca, está aquí para quedarse. Su popularidad cambiará de un lugar a otro
pero siempre está presente como la samba o el rock.
Cuando dices “hacernos
más grandes” es importante recordar que la frase simboliza el apoyo que una
banda recibe del público. Nuestro público está creciendo y somos culturalmente
influyentes…eso seguro…y la escena no nos ha dado razones para parar. El
público quiere más y más y ellos también son más cada vez. Así es como lo vemos.
Puede que nunca seamos
tan grandes como un grupo de pop, pero es que tampoco es el objetivo. Sólo
necesito un equilibrio entre la aportación cultural a la escena y ser capaz de vivir de esto. El
día que el metal se convierta en música pop, dejaré de tocar metal. Se supone
que el metal va en contra de toda esa mierda conformista, aunque la plaga de
puntos de vista conservadores en la escena me hace dudar en ocasiones. Cuando
los críticos imponen sus puntos de vista restrictivos de lo que es o deja de
ser el arte, hay que aplastar sus opiniones con tu arte y con toda la gente que
lo apoya. “The Killing Gods” está haciendo una buena labor en ese sentido.
Finally, I would like to know what are you listening to
these days. Something out of the metal genre?
Portal, Deathspell
Omega, Adam's band Fulgora, The Lion's
Daughter, Deltron 3030, Fleetfoxes, Pig Destroyer...a vast array. I listen to our new record alot. I don't do it to be narcissistic or an ego
maniac. I started writing music, because
exactly what I wanted to hear did not already exist in the world. Now that it does exist on record, I really
enjoy it. I love making records just for
that. Anybody that makes recorded music
and says otherwise might be "to cool for school."
Para terminar, me gustaría saber qué música estás
escuchando estos días. ¿Algo que no sea metal?
Portal,
Deathspell Omega, Fulgora (el otro grupo de Adam), The Lion’s Daughter, Deltron
3030, Fleet Foxes, Pig Destroyer…muchas cosas. También escucho mucho nuestro
último disco. No es por narcisismo ni nada por el estilo. Empecé a componer porque lo que quería escuchar
todavía no existía. Ahora que lo hay, lo disfruto mucho. Me encanta grabar
discos sólo por eso. Cualquiera que grabe discos y diga lo contrario es un
engreído.
Thank you so much for giving me the
opportunity to ask you these questions. It's such a big honour for me to talk
to you. If you want to add anything else, feel free to do it.
Thanks to you. Our new record "The Killing Gods"
is out on Season of Mist records. We
unabashedly think it's an instant classic.
Go pick it up.
Muchas gracias por darme la oportunidad de hacer
la entrevista. Es un honor para mi hablar contigo. Si quieres añadir algo más
hazlo a continuación.
Gracias a ti. Nuestro
nuevo disco “The Killing Gods” está disponible en Season of Mist records.
Creemos que es un clásico instantáneo. Id a por él.
Que alegría me ha dado encontrarme con “The Killing Gods”,
lo nuevo de Misery Index. Son un grupo al que tengo especial cariño por tener
en su discografía uno de mis discos de cabecera, como es “Traitors” y por no
fallar nunca. Siempre están ahí para dar su dosis de deathgrind de calidad.
Uno de los principales atractivos de cada disco que saca
este grupo es poder escuchar nuevo material de Adam Jarvis. Me parece un batería
completísimo. Tiene técnica, velocidad, creatividad y por si fuera poco,
consiguen sacarle siempre un sonido de lujo. Gracias a investigar un poco sobre
él, he aprendido cosillas de triggers y demás trucos que, para un inculto como
yo en estos asuntos, eran desconocidos.
El resto del equipo lo forman Jason Netherton (Bajo y voz),
Mark Kloeppel (Guitarra y voz) y Darin Morris (guitarra) que, durante tres años
han estado dando forma a “The Killing Gods”, una obra brutal en todos los
sentidos. Se me ocurren muchos adjetivos pero todos se quedan cortos.
El disco empieza con “Urfaust”, intro que da paso a “The
Calling”. Un inicio de los que ponen los pelos de punta. No se puede ser más
bestia. Riffs atropellados que no dan ni un segundo de respiro y detalles
geniales que no se le podían ocurrir más que a ellos. Porque ya me diréis si el
cambio que hacen al final del tema os parece normal.
Un interludio siniestro para ambientar (con cuervos de fondo
y demás) y llega “Conjuring the Cull”. La fiesta no para. Blast beats, riffs y
solos endemoniados que crean una presión inmesurable. Y todo el disco sigue en
esa línea, no os creáis.
Da verdadero vértigo escuchar la velocidad que alcanzan temas
como “The Harrowing” o “Sentinels”. Otros como “The Killing Gods” ponen la nota
de color. Para mí es el mejor tema del disco, tiene un inicio más “tranquilo”
en el que vas pensando: bueno igual nos dan un respiro. Pero no, claro que no
hay respiro. Break a mitad de canción y se desata la tormenta. Y la verdad es
que se disfruta, y mucho.
El resto del disco da para mucho, desde el riff central de “Cross
To Bear” hasta “The Weakener” donde me recuerdan al tema “Ruling Class Cancelled”
de su etapa “Traitors”, que, como he dicho antes, es muy buena señal.
Creo que ya os hacéis una idea de lo que es Misery Index y
los modales que se gasta su nueva criatura, “The Killing Gods”, así que si tenéis
ganas de algo potente ya sabéis lo que escuchar. Pero hacedlo sólo si estáis
preparados. Luego no quiero lloros.
Death by Burning es el disco debut de Mantar, dúo
turco-germano con el que me he encontrado por casualidad y que parece haber
irrumpido con fuerza en la escena musical. En su bandcamp se mencionan grupos
como Melvins, Motorhead o Darkthrone y vienen a ser una mezcla de todo ello.
Aunan la densidad del doom con el macarrismo y la velocidad punk, como si de
unos Kvelertak formados por dos miembros se tratase.
El disco ha sido grabado el año pasado pero ha visto la luz
este febrero. Autoproducido y 100% DIY, demuestra que si las cosas se hacen con
gusto y dedicación pueden dar como resultado un producto de calidad sin
necesidad de multinacionales y cosas por el estilo de por medio.
La verdad es que me decidí a escucharlos por algo tan
aleatorio como la portada. Un disco con esa estética sólo podía encerrar algo
bueno. Al final no han sido lo que me esperaba pero tampoco me equivoqué del
todo; Death by Burning tiene lo suyo.
Mantar está formado por un guitarra y un batería. Para qué más
si sabes aprovechar bien lo que tienes. El disco no se te queda cojo en ningún
momento y el muro de sonido que han conseguido amenaza con aplastarte si te
acercas demasiado. Los medios tiempos abundan y son posiblemente su faceta más
disfrutable, pero echo en falta algo de originalidad. Es verdad que a lo largo
del álbum se mueven en un espectro bastante amplio de sonidos que van desde los
escarceos drone en “March Of The Crows” hasta los blastbeat de “The Huntsmen”
que hace que los diez temas se te pasen volando; pero me da la sensación de
haber escuchado antes todo lo que suena en
Death by Burning.
La nota distinta la pone “The Berserker’s Path” con esa
letra recitada, y la joya de la corona es el combo “Astral Kannibal” – “Into
The Golden Abyss”. Si os da pereza escuchar el disco entero, empezad por estos
dos temas, que serán los que os convenzan de que le dediquéis más tiempo al
grupo. Son los que más enganchan y ambos están impregnados de ese regustillo
blacker que caracteriza a todo el disco.
Estoy seguro de que Mantar va a ir a más, y sin mucho
tardar. Visto el tiempo que han tardado en sacar disco, me aventuro a decir que
tendremos noticias de ellos pronto. Y si no es así siempre podremos pasar un
buen rato recuperando este Death by Burning. Propuestas como las suyas tienen y
tendrán las puertas abiertas.
El Resurrection Fest 2014 deja prácticamente cerrado el cartel (a falta de 4 grupos, 3 tributos y los 3 ganadores del band contest) de la edición más potente que se le recuerda.
Los grupos confirmados son: Megadeth, Lagwagon, Judge, Carcass, High On Fire, Architects, The Ocean, Angelus Apatrida, Vildhjarta, Backtrack, Heart In Hand, Hyde Abbey, Anal Hard, Mutant Squad, Acid Mess y Childrain.
El precio de la entrada para los tres días será de 79 euros y como otros años habrá camping gratis.
Poco más hay que añadir, ahí tenéis el cartel para deleitaros. Cita obligada de este verano.
No se esfuerzan mucho a la hora de poner el título de sus discos: el
primero se llama “El páramo” y el segundo, “El Páramo” también… ¿Adivináis de
que grupo hablamos? Efectivamente, hoy toca hablar de El Páramo. La verdad es
que no me importa como llamen a sus discos, prefiero que sigan haciendo lo que
han estado haciendo hasta ahora, que es dedicarle todo el esfuerzo a lo
importante, la música. El resto son adornos.
Si estáis algo despistados, os diré que se trata de un grupo
de stoner/metal instrumental de Madrid que cuenta en sus filas con los dos
guitarristas de Adrift (y por ende, con uno de Toundra) y gente de Sou Edipo.
Los descubrí hace un par de años, cuando en el Takio Fest de
Torrelavega un amigo mío compró por curiosidad el primer disco y lo puso en el
coche en el viaje de vuelta a casa. Desde entonces he esperado la salida del
segundo disco. Algo que no estaba muy seguro de cuando iba a pasar ya que El
Páramo han estado aletargados (al menos de cara al público) durante años. Pero
por fin la espera ha terminado y nos han presentado un disco que tiene de todo.
Grabado en directo, como no podía ser de otra forma en un
grupo de sus características, contiene siete temas que se entrelazan sin que te
des cuenta de dónde empieza uno y termina el anterior. La psicodelia marca el
paso. Ahora se convierte en un apisonadora sin frenos y ahora te hace flotar en
una corriente de aire caliente. Todo a su voluntad, no a la tuya, así que mejor
que te dejes llevar. Impredecibles hasta el límite, hacen lo que tiene que
hacer un grupo instrumental: sorprender en cada momento, pero siempre
manteniendo una línea que le de sentido al disco.
“La Reina Del Sol” empieza como una brisa que va creciendo y
se convierte en tormenta de arena. “Ad Bellum” te hipnotiza y cuando te quieres
dar cuenta te has despertado en el lejano oeste con la genial “La Cruzada”. ¿Qué
cómo lo han hecho? Eso sólo ellos lo saben. Que más da, tú sigue el camino que
te marcan, aunque te aviso de que se pone difícil al llegar a “Aspid”. Ponte un
pañuelo en la cara porque se te va a meter la arena hasta los pulmones. Pero no
te preocupes, que dentro de poco llegarás a un “Llano Alto” donde todo se clama
y donde podrás contemplar todo el camino andado. Sin duda querrás volver al
punto de partida para volver viajar una y otra vez.
The Room son un dúo de rock instrumental procedente de
Torrelavega. Puede parecer que un grupo formado por sólo dos
personas sea una propuesta un poco arriesgada, pero si no lo sabes y escuchas
el disco posiblemente se te pase por alto. Con lo cual, aunque arriesgando, se
puede decir que salen victoriosos del asalto. Ejemplo de esto es que ellos
mismos han mencionado alguna vez a Toe como influencia, y sí que suenan
parecido, lo que pasa es que Toe son cuatro tíos, y Jaime y Adrián consiguen un
sonido similar con una batería y una guitarra (ojo, respeto máximo a Toe, no me
estoy metiendo con ellos ni mucho menos).
Tomás! Es el primer disco de The Room y está compuesto por ocho
temas de un rock instrumental que aunque tiene sus subidas y sus bajadas, es,
por lo general, muy tranquilo y melódico. Ya nos avisa de esto el título del primer
tema: “Día Tranquilo”; que junto con “Pelo” y “Mecánicos, caballos y la pesada
niña rubia” forman el que, para mí, es el tridente ganador del disco. Unas melodías
preciosas a las que prestar toda la atención del mundo y que si las escuchas un
par de veces corres el riesgo de no sacártelas de la cabeza en una temporada.
Puede llamar la atención que a pesar de ser un grupo casi en
pañales (creo que llevan ensayando desde 2011 y no han empezado a tocar en
directo hasta hace bien poco) tenga unas composiciones tan elaboradas. Pero esto
tiene una explicación sencilla, y es que, no se Adrián, pero por lo menos Jaime
lleva tiempo en esto de tocar la batería, y la experiencia es un grado. Como no
lo he dicho antes, aprovecho para decir, por si alguien no lo sabía, que Jaime
tocaba en los (tristemente) desaparecidos La Tumba de Nicolas Cage. El que los
conozca sabrá de su buen hacer con las baquetas, y el que no, ya está tardando
en escuchar el split que tienen con Témpano.
Pero volvamos a Tomás! Que no quiero irme por las ramas. No
sé cual es la forma de componer de The Room ni si son las guitarras las que se
adaptan a las baterías o al revés o si componen improvisando, pero sea como
fuere, ambos instrumentos casan como dos piezas de un puzle. Además, aunque su
música es casi ambiental, no deja de tener toques jazzisticos (sobre todo en
las percusiones) que hacen que el disco tenga más chicha y que deba ser
escuchado varias veces para sacarle todo el jugo.
Torrelavega siempre ha sido una tierra fértil en cuanto a
grupos, y últimamente están saliendo unos cuantos muy interesantes. The Room es
uno de ellos, y Tomás! una carta de presentación de la que tienen que estar muy
contentos.
Todos sabemos que Behemoth no son amigos de sacar discos
malos y que siempre han tenido particularidades que les han diferenciado del
resto de grupos de blackened death metal (o black metal o death metal o como
queráis). Cinco años separan a este “The Satanist” de su anterior trabajo. Esto
es debido al grave problema de salud que sufrió Nergal y del que parece que se
está recuperando con fuerzas renovadas.
No soy de los que les molesta
la sobreproducción si tiene como fin mejorar una obra y darle matices y
profundidad, porque, al fin y al cabo, el disco es lo que va a quedar ahí para
siempre y lo que mejor puede reflejar todo lo que el artista tiene en ese
momento en la cabeza. Por supuesto, esto es lo que pasa en “The Satanist”. Behemoth
no han escatimado en gastos a la hora de elaborar el disco y se nota. Capas y
capas de sonido. Trompetas, coros, órganos, cellos, trombones y demás instrumentos
de cuerda y viento acompañan a las guitarras, bajo y batería.
Como siempre, el disco está
plagado de canciones de una solemnidad brutal. Ceremonias, misas negras, sacrificios
y esa sensación de que algo va mal que no te puedes quitar de la nuca en los 45
minutos que dura el disco.
“The Satanist” no es la
brutalidad por la brutalidad ni la técnica por la técnica (no nos engañemos,
tambien los hay), sino un concepto mucho más profundo que se ayuda de esos
elementos, que, acompañados de una estética muy cuidada y unas letras acordes
hacen del disco un conjunto coherente sobre el que merece la pena pararse un
poco.
Como temas más representativos
del sonido de Behemoth, podemos nombrar a “Blow Your Trumpets Gabriel” (el
inicio épico y el quiebro a mitad de canción son la mejor manera de empezar un
disco) o a “In The Absence Ov Light” que aunan la velocidad y las atmósferas
oscuras que se esperan de los polacos. “Amen” es la potencia y tiene una letra
bastante curiosa (un Ave María un pelín modificado, ya podéis imaginarlo).
Sólo me queda recomendar a
aquel que se anime a escuchar el disco que después se ponga una película de los
Teletubbies o de Dora la Exploradora para compensar, porque tanta maldad como
encierra “The Satanist” no puede ser buena.