Nueva edición del Festival Cultura y Vanguardia de Santander, donde siempre hay que acudir receptivos y con la mente abierta a nuevas propuestas musicales. Los enviados especiales de The MusicAll nos acercamos a cubrir la segunda jornada del evento, que a priori nos parecía la más potente. Pocas horas antes de salir de casa nos enteramos de una nefasta noticia: uno de los platos fuertes del cartel, The Tallest Man On Earth, no actuaría en Santander. El cantautor sueco había dado un concierto en San Sebastian el día anterior y después del CuVa tenía una importante cita en Estocolmo. A falta de conocer una versión oficial, todo apunta a que el artista decidió "huir" hacia Francia para volver a su país ante la incertidumbre aérea reinante y nos dejó plantados. Sin comentarios. Nada que objetar al festival, que obviamente es el primer interesado en que se produzca la actuación.
Como anécdota, decir que el hall y su pequeño escenario estaban forrados por completo con papel de aluminio. En el mismo hall se representaba una desconcertante performance en la que un señoruco, modestamente disfrazado de Andy Warhol, correteaba por el pasillo cual cervatillo perseguido por una marabunta de paparazzis.

Para cubrir la baja escandinava, la organización consiguió in extremis la presencia de unos Tachenko que tuvieron que actuar sin su bajista y con instrumentos prestados. Nada mejor para solventar el papelón que la espontaneidad y buen hacer de Sergio Vinadé (con su ya clásico bigote de manillar de bicicleta de paseo) y los suyos. Los maños son músicos experimentados y tienen cogida la medida al estilo pop sencillo y resultón de estribillo y coros. Aprovechando lo extraño que era de por sí el concierto, mitad acústico mitad eléctrico, se permitieron auto-versionarse añadiendo algo de "macarrismo" a las guitarras. Anécdota: los tres rompieron algo de los instrumentos prestados.
La siguiente actuación corrió a cargo de los gallegos Niño y Pistola, de los cuales tenemos que destacar cosas que nos gustaron y otras que no tanto. A su favor decir que tienen unas canciones muy redondas y conseguidas. Tocan realmente bien y los coros, a veces a tres voces, eran nítidos y bien ubicados. Pop-rock en inglés y con un estilo profúndamente anglosajón. Por otra parte ese sea seguramente su mayor "pero", suenan a más de lo mismo. Sota, caballo y rey. Algo que has oido mil y una veces en mil y un grupos, lo cual le resta mucho interés y emoción al asunto, pero en cualquier caso dieron un buen concierto con versión incluida de "I've Been Waiting For You" de Neil Young. PD: Qué preciosidad el Rickenbacker! Si es que dan ganas de aprender a tocar el bajo y comprarse uno. Clasiquérrimo.
Con la actuación de la californiana Emily Jane White llegó el momento de mayor recogimiento de la noche. La protagonista acompañaba su voz unas veces con la guitarra y otras con el piano (donde se lucía mucho más), mientras que su compañera quedaba relegada claramente a un segundo plano, haciendo tímidos coros y un buen trabajo con el violonchelo. Personálmente, me resultó complicado reprimir los bostezos sentado en una butaca a esas horas de la noche con un show tan intimista, aunque hay que reconocer que tuvieron momentos muy buenos. Entre las dos conseguían crear unas atmósferas de sonidos interesantes.
De la actuación de The Spanish Peasant Band no podemos hacer una reseña adecuada. Una pena, pero entre que les tocó actuar en el hall y que nos pilló en un momento de despiste, apenas pudimos verles. Lo poco que catamos sonó más que correcto. Rápidamente nos situamos en una buena zona para la banda estrella de la noche.

Nada creaba más expectación en la noche que la aparición de Isobel Campbell (ex de Belle and Sebastian) y sobre todo de Mark Lanegan (muy esperado por parte del público femenino, como nuestra reportera en prácticas). Con el américano tuvimos la oportunidad, por segundo año consecutivo, de gozar en directo de una de esas voces privilegiadas, superdotadas, sobrenaturales del panorama musical. Cuatro excelentes músicos escoltaban a la pareja, y junto a Isobel, utilizaron un arsenal de instrumentos importante: dos guitarras acústicas, dos eléctricas, un dobro (de la familia de las steel guitar, con un sonido genial), bajo y contrabajo eléctricos, añadidos varios a la batería y varios "juguetes" de la señora Campbell, como claves, cabasha, egg shaker y vibraslap. Tremenda la precisión nanométrica con la que ensamblaban todos los sonidos, perfección total en ese sentido.

Podríamos calificar la propuesta del dueto como calmada, detallista y contenida. Salvo en un par de temas de los bises, apenas hubo lugar para soltarse la melena con momentos rockeros. Lanegan aparecía en primera fila frente a su atril, desde el cual casi recitaba las canciones sin forzar en absoluto la voz y aun así, ésta sonaba tan imponente que llenaba en escenario por si sola. A destacar los temas "Snake Song" y "You Won't Let Me Down Again" de su disco Hawk, del cual Mark estuvo firmando ejemplares a la salida. La única pega posible al conciertazo: el poco provecho que sacan al hecho de jugar con doz voces tan distintas. Sólo en un tema se alternaron el uno con la otra en vez de cantar los dos lo mismo a la vez.
Como conclusión final, sólo nos queda desear que se siga celebrando éste evento por mucho tiempo, para que así pueda ampliar su oferta de estilos musicales y abarcar más propuestas vanguardistas y novedosas que no se ven representadas a menudo. Por ejemplo alguna incursión en la música eléctronica y experimental aumentaría el campo de miras del festival.