El sábado estuvimos en el Black Bird después de demasiado tiempo sin conciertos para uno al que le teníamos muchísimas ganas: la vuelta de Dulcamara y el estreno de Orion Saiph.
Comenzaron los segundos, y aunque era su primerito día como grupo encima de los escenarios ya tienen un extenso bagaje detrás. El concierto estuvo muy bien, con 4 temas propios y una versión del Frozen de Madonna que demostraron el alto nivel compositivo del grupo. La ejecución también fue bastante buena, aunque está claro que (siempre) hay facetas que pulir.
Con todo ello el estreno fue muy bueno y me gustaría volver a verlos. A ver si se animan con alguna canción en castellano.
Tras una pequeña desbandada, quizá motivada porque pila de la gente que fue al concierto tiene niños pequeños, entraron en escena Dulcamara. Cuando vinieron hace 3 años no pude asistir y esta vez no me los podía perder.
Pese a no venir con la formación completa (el teclas está en Alemania) el concierto fue excelente, y justo lo que necesitaba, caña y melodic death por vena. El sonido estuvo algo deslucido por llevar los teclados pregrabados y por la bola de graves, pero lo supieron suplir con una actitud cañera y echada hacia delante, que mantuvieron en todo momento pese a que había instantes en que el frío público santanderino no se lanzaba más que a mover la cabeza. Un par de pogos después se dieron por satisfechos y cerraron un concierto alucinante con unas 11 canciones.
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