A pesar del retraso en su salida por asuntos de fábrica,
parece que “Refugios” es la reafirmación de la mayor premisa de Sierra Nevada:
sacar tantos discos como sea posible. Este EP de cuatro temas (disponible tanto
en CD como en vinilo de 7”) nos llega poco más de un año después de su anterior
“El Infierno”. Estilísticamente es al que más se parece, pero si aquel decían
que era pop extremo, “Refugios” muestra una progresión que poco a poco va
eliminando aquello del pop y se centra en la faceta más ruidosa. Paralelamente,
los que tenemos la suerte de verles con cierta frecuencia en vivo, hemos podido
comprobar cómo esto se ha trasladado a los directos, que cada vez son más y más
intensos.
Parece que David, Juan, Ramón y Roberto ya se tienen las
medidas tomadas y que han encontrado su método para componer. No se explica de
otra forma la velocidad con la que hacen canciones que, además, guardan una
coherencia estilística, tanto en sonido como en letras. Porque ya sabemos que
lo suyo no son los cánticos al amor, sino la denuncia y el reflejo de su rabia.
El principio y el final (como ellos dicen) de “Refugios” lo
forman “No hay Infiernos” y “No hay Cielos” respectivamente. Dos canciones
hermanas que comparten temática y parte de la letra. Son una reflexión en voz alta sobre sus creencias vitales, donde se muestran crudos con alguna frase que si
se lee con detenimiento puede amargar a más de uno. Ese “Lo único que importa:
después de esto tu y yo no volveremos a vernos” para cerrar el disco es descorazonador
y pesa como una losa.
En lo musical, como he dicho antes, siguen por la senda de
“El Infierno”. Baterías-apisonadora con una pegada potentísima y bajos con
mucha presencia que en ocasiones toman las riendas de las melodías. Las guitarras,
ora tranquilas ora atronadoras, donde quizá mejor demuestren esta dualidad sea
en “Pobres de Espíritu”. Este tema además tiene un final desacompasado que me
parece un detallazo más de los que
Sierra Nevada acostumbran a meter de vez en cuando y que hacen que sus discos
suban puntos.
Los teclados han perdido protagonismo en este EP. Sin
embargo, el trabajo de Juan brilla en las melodías vocales, con estribillos
como los de “Valle de Fantasmas” que atrapan desde la primera escucha y me
parecen de los mejores que ha hecho.
Casi sin dar tiempo a digerir “Refugios” ya han anunciado
que tienen preparada su siguiente referencia. La verdad es que tengo curiosidad
por ver el camino que tomarán. Sé que los tiempos de “Abril” no van a volver,
pero me alegra saber que están en constante evolución y que además mantienen ciertos
rasgos propios que hacen que les reconozcamos con medio segundo de canción.
Vosotros sacaréis discos muy rápido, pero nosotros los escuchamos
todavía más rápido y ya queremos más.
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