Before the Frost es el nuevo disco de los Black Crowes, que pese a haber sacado un disco el año pasado (Warpaint) siguen en plena forma y esto se refleja en que la calidad de su nuevo trabajo no deja nada que desear, muy al contrario es toda una alegría tener material de estos tipos tan a menudo.
Este disco tiene poco de convencional, porque pese a ser un disco de estudio se grabó con público durante cinco noches, además es un disco doble en el que comprando el original tienes derecho a la descarga de …Until the Freeze, un bonus disc continuación que suma con el otro 101 minutos de puro Rock n’ Roll del clásico, con los toques bluesiles y algo country a los que nos tienen acostumbrados los cuervos, pero con algunas novedades y sorpresas.
Un poco de historia para los que no los conocen. The Black Crowes son un grupo formado en 1989 por los hermanos Robinson, Chris a las voces y Rich a las guitarras. Siempre han hecho un rock clásico con notas bluesiles, y su primer disco “Shake your Money maker” es quizá su mejor trabajo, lleno de temazos casi por completo. Completan el grupo Luther Dickinson a la segunda guitarra, Adam MacDougall en los teclados, Sven Pipien al bajo y Steve Gorman a la batería, este último es también uno de los componentes originales.
Before the Frost:
Good morning captain: una canción con un pegadizo ritmo, encabezado por punteos de banjo y piano que abre el disco. Buena canción cortita para abrir boca.
Been a long time (Waiting on love): es una canción a medio tiempo en la que se aprecia que las cualidades vocales de Chris son las mismas que siempre. Estilo clásico, si no te dijeran que es de este disco podría ser de cualquier otro.
Appaloosa: es una de las canciones romanticonas y lentas del disco, todo un placer para los oídos y uno de los temazos del disco.
A train still makes a lonely sound: es una canción que habla del recuerdo de una chica de Knoxville, Tennessee que surge al oír pasar el tren. Emotiva cuanto menos.
I ain’t hiding: precisamente la primera sorpresa que nos depara el disco, con unas distorsiones propias de la música dance y un ritmo de batería muy flojillo y del tipo de esta música más unos uhuhuhuhu pop ochenteros. Pese al inusual (pero que no suena mal) comienzo tiene partes muy hardrockeras y un solo estilo crowes.
Kept my soul: rock sureño por un tubo, fruto de exprimir Nashville. Muchos parones inicialmente, lo que le quita ritmo, pero lo recupera luego.
What is home: una delicia de canción, me encanta. Un registro vocal muy pausado al que no nos tienen acostumbrados, que acompañado por punteos de banjo le dan un toque especial. Cuando empiezan todos los instrumentos ya es toda una experiencia, para disfrutar con un buen equipo de sonido.
Houston don’t dream about me: otra de las canciones a medio tiempo, un gran acierto la melodía del estribillo y la siguiente.
Make Glad: sin más, no brilla con luz propia en un álbum con muchas canciones y muy buenas.
And the band placed on: temazo sin duda, bluesil (quasi-jazz en ocasiones) y con un ritmo y entonación de voz que lo diferencia de las canciones de este disco y de anteriores.
Last place that love lives: si algo define esta canción es el sentimiento que pone Chris en interpretarla. Es una canción escrita sólo por él (las escriben los hermanos juntos normalmente). Una vez apreciamos la preciosa voz de los Crowes, y de fondo una guitarra acústica. Pone los pelos de punta, preciosa, épica.
…Until the Freeze:
Aimless peacock: nada más comenzar nos podemos dar cuenta que este disco va a ser completamente diferente al otro, otro mundo. Comenzamos con elementos psicodélicos, melodías de la India gracias a la cítara de Richard, que luego completa la harmónica de Chris.
Shady grove: country blues como dicen en la letra de la canción. Es de las que tampoco me llama mucho la atención.
Garden gate: country country, si te esfuerzas puedes incluso imaginarte a los Black Crowes disfrazados de rednecks tocando para un baile en un granero del sur de USA con su fiddle y su contrabajo. Puro folk, aunque desde luego no suena del todo mal de su boca e instrumentos.
Greenhorn: volvemos con esta al rock, con un ritmo pausado pero in crescendo y que luego completa un par de bucles con ese patrón. Buena canción, sobretodo el final, me recuerda a las acústicas de Bon Jovi en sus mejores momentos (salvando las distancias).
Shine along: country que luego se anima con rock n’ roll, el comienzo se me hace mucho a “Jesus is on the mainline” en la versión de Aerosmith, pero en este caso con el banjo.
Roll old Jeremiah: del estilo dominante del segundo disco.
Lady of avenue A: lenta y de voz profunda. Sin duda con la siguiente las que más me gustan del bonus disc.
So many times: en esta destaca el juego a dos voces sobre una melodía que viene marcada por el uso de la pedal steel con mucho acierto.
Fork in the river: un pequeño giro hacia un rock más claro, pero sin perder el estilo que tenían en mente al hacer este disco.
Como resumen: un disco magnífico de larga duración, con un estilo rock en el primero y country-folk en el segundo.