El sábado venía cargado y, a falta de datos oficiales, creo
que fue el día que más gente asistió con diferencia. No en vano era la jornada
en la que tocaba el principal reclamo de la edición de este año: los ingleses
Crystal Fighters. Pero ya llegaremos a ellos. Vamos paso a paso porque antes de
que pisasen el escenario a eso de las dos de la mañana nos esperaban muchas y
muy buenas actuaciones.
Con el sol dando los últimos coletazos, Neuman subieron a las
tablas y comenzaron con unas atmósferas muy post-rock que poco a poco fueron
creciendo. Se tomaron su tiempo para empezar a repartir hits y lo hicieron de
una forma muy sobria y elegante. Nada de parafernalia, sólo música. “Turn It”, “Hell”,
“Too Pretty” o “Bye Fear / Hi Love” se dejaron oír en lo que fue un gran repaso
a su primer disco con Ken Stringfellow.
Mientras preparaban las cosas para Belako me di una vuelta
por el escenario DJ para ver un rato qué se traía Virginia Díaz entre manos. En
el tiempo que estuve allí sonaron temas de Vetusta Morla, Niños Mutantes o Muse
y la gente encantada. Muy entretenido.
Se hizo de noche y a las diez y media salió al escenario Belako, la sorpresa
del festival. Me habían hablado muy bien de sus directos y con sus discos ya me
tenían enamorado, pero lo del sábado… Con diferencia lo mejor de la noche y del
festival. Escuchar los temas de “Eurie” en directo fue un gustazo. “Sea of
Confusion”, “Haunted House” y “False Step” volvieron loco al público. Me
recuerdan mucho al estilo de Triangulo de Amor Bizarro en directo. Saben
combinar las partes bailongas con la potencia. ¡Y qué potencia! Esperemos que
no tarden en volver por aquí para poder verles en sala.
Si Belako representan el futuro, Xoel López representa la
veteranía. Su personal propuesta de tintes latinos convenció, pero quizá habría
sobresalido más en otro momento del festival. Me parece que pasó como con
Carlos Sadness (de hecho tocaron a la misma hora). Puede que si hubiese tocado
antes, el ritmo del festival no habría caído como cayó. De todas formas, como
digo, creo que no es culpa suya, los temas de su nuevo “Paramales” sonaron muy
bien con el grupo al completo y la gente quedó contenta con su actuación.
La noche avanzaba y el recinto se llenó para ver a Crystal
Fighters. Es un grupo que no concibo fuera de un festival. Suenan a fiesta de
verano y a pesar de no ser mi estilo me parecen entretenidos. La puesta en
escena juega a su favor y la gente tenía ganas de marcha. Lo pasé bien pero me
sorprendió encontrarme con temas difíciles de reconocer en directo. No se
dejaron atrás nada de lo que el público quería. Tocaron “You and I”, “Follow”, “Champion
Sound”, “I Love London” y demás hits, pero los tocaron de una forma un poco
embarullada. Mucha percusión, quizá demasiada. Pero a esas horas ya nada
parecía importar y tenían a todo el público bailando, dando palmas y cantando.
Supongo que eso es lo que se esperaba de ellos, y lo consiguieron con creces.
No me importaría volver a verles, la verdad.
Las fuerzas llegan hasta donde llegan y el sábado llegaron
hasta aquí. Salimos del recinto con una sonrisa en la cara y con la sensación
de haber pasado tres jornadas muy buenas. ¡El año que viene más!
El resto de las fotos de María Rollán las podéis ver en su página de facebook:
y en su flickr: