No esperaba, cuando lo puse por primera vez, que “Inverno”
fuese a atraparme como lo ha hecho. No
deja de ser paradójico que un disco con semejante título salga en pleno verano,
pero es que su nombre nada tiene que ver con las estaciones meteorológicas,
podemos interpretarlo más bien como un canto al desencanto. Y es que LCH han facturado un disco crudo,
sincero y bastante gris.
Ha sido grabado y mezclado por Fernando Macaya en los
estudios Moon River y masterizado en Nexus101 (Madrid) y supone, respecto a su
anterior trabajo (Ingravidez, 2012) un claro refinamiento y evolución en el
sonido del grupo. Tienen más claro cómo
quieren sonar y han conseguido desmarcarse del garaje y los sonidos más ásperos
para situarse en un espectro sonoro que, creo, les queda mucho mejor.
“Inverno” comienza con la que es, para mí, la joya de la
corona: “Android.es”. Una base musical etérea y misteriosa sobre la que se
articula una letra desgarradora, con frases tan contundentes como “Cada beso
que no des, recuerda que algún día no estaré”. Seis minutos de temazo que ya te
dejan entregado para el resto del disco.
Pero claro, “Inverno” no se limita a un tema resultón. “Humo
Negro” nos da otra bofetada de amargura y nos habla, en su letra, de mañanas
grises, con unas melodías vocales y una instrumentación que las hacen aún más
grises. “Abstracción Temporal” es una buena muestra de que en LCH no conocen
medias tintas. Leed la letra y lo entenderéis.
En la cuasi instrumental “Inverno” nos muestran, sin
embargo, un claro entre las nubes, con el tema más optimista de todo el disco.
Recuerda a Dinosaur Jr y se agradece el descanso antes de afrontar la recta
final.
“Inverno” es la fotografía de aquel que sale por la noche, rodeado
de gente que ríe y se lo pasa bien y él, por más que lo intenta, es incapaz. El
humo negro le persigue y no ve la manera de deshacerse de él.
Quizá me he montado una película que nada tiene que ver con
la realidad, pero la verdad es que no me importa. Supongo que en eso consiste
la música, en evocar imágenes y sentimientos que, para cada uno serán de una
forma distinta. Y eso es lo que me gusta de este disco. LCH han conseguido que
me imagine mi propia historia y que la disfrute mucho.
Pues sí, a mi también
se me pone dura el alma escuchando “Inverno”. Recomiendo el viaje.