Varios meses de espera con las entradas, una sorpresa de última hora al enterarnos que por sorteo del Club de Fans de Iron Maiden teníamos un First to the Barrier, que nos colocó en primera fila y una espera que se nos hizo casi eterna desembocó en el que seguramente sea el concierto del año.
Comenzaron el concierto los Voodoo Six, banda de hard rock compatriota de los Maiden. Desde el principio se los vio muy animados. No podía ser menos, estaba abriendo para los mismísimos Iron Maiden.
Tocaron unas ocho canciones. Rápidas. Directas. Pura caña, pese a que tampoco movilizaron mucho al personal que por esos momentos ya abarrotaba el pabellón 2 del BEC.
La espera entre grupos fue bastante larga y poco a poco aquello empezaba a ser el camarote de los hermanos Marx. Habían dicho que el concierto sería "familiar", para 4000 personas, pero eso parecen los datos que da el gobierno en las manifestaciones. Yo calculo que habría por lo menos 6000, si no 8000...
Estar parados y de pie hizo calentarse a la gente. Cuando la tensión fue en aumento (a los 5 minutos de retraso, ¿dónde está la puntualidad británica?) los organizadores los aplacaron con canciones de UFO y Black Sabbath, que volvieron el agua a su cauce.
Saltan a escena Iron Maiden. Locura. Adrenalina. Moonchild. Las tres primeras canciones en las que los fotógrafos acreditados ("semidioses") se afanan en obtener la foto que los cubra de gloria. Can I Play With Madness y The Prisoner. Comienzo brutal.
Después, cuando pasan 2 minutos de media noche sentimos miedo de disparar hacia los extraños, aunque sean soldados de tropa que invocan el número de la bestia. Y mientras tanto el fantasma de la ópera corre hacia los montes malgastando los años que le quedan de vida, una vida marcada por haber sido el séptimo hijo de un séptimo hijo y pese a que es clarividente sigue teniendo miedo a la oscuridad. Para cerrar el primer bloque, Iron Maiden.
Ni un respiro, uno tras otro, temazo tras temazo old school, lo que la gente quería oír. Tras un breve y motivador descanso y alentados por la voz de Churchill saltaron de nuevo para cerrar con otras tres canciones de quitar el aliento: Aces High, The Evil That Men Do y Running Free.
Concierto perfecto, en mi opinión, con un sonido muy bueno. De hecho, con toda la gente que he hablado es quizá la primera vez que nadie me dice: "Pues me ha faltado nosequé canción".
Compo podréis observar las fotos no tienen la calidad de siempre. He tenido que sacarlas con mi vieja, pero infalible, Sony DSC-W80 y con la suerte de la primera fila.
Y estad atentos, porque esta semana subiremos los BOOTLEGS!